Miserias universitarias 1


Soy un ciudadano post universitario, con ciertas inquietudes de seguir formándome de manera contínua como profesional, como persona. Como estudiante ya he pasado por la etapa, hace unos cuantos años, de dejar a un lado la crítica constructiva sobre la docencia en las facultades para centrarme en acabar la carrera de la manera más digna posible (no olvidemos que el control de la calidad de nuestros decentes docentes no es responsabilidad del alumnado y si de la institución que les paga, si es pública, con dinero de todos).Quedo perplejo de la falta absoluta de control sobre el trabajo diario de nuestros flamantes doctorados. Estoy indignado más que de la evidente falta de profesionalidad de muchos de ellos, de que esta ausencia se permita alegre, arbitraria e impunemente. Tanto el docente que se implica en su difícil función como el que no hace nada de nada, ambos cobran al final del mes. También de la indignidad creciente del oficio y en muchos casos de la inmoralidad que supone doctorarse no como proceso evolutivo decente/docente sino como mera salida profesional. Y una vez dentro (curioso que solo logren las plazas los allegados a la maquinaria localista) quien quiere trabaja y quien quiere no. En nuestras universidades se sigue dictando a los alumnos (mi mamá me mima… ¿voy muy rápido?), se siguen perpetuando los mismos apuntes año tras año, se permite a los profesores que quieran no cumplir sus horas de tutorías, acudir o no al centro al margen de sus clases, en muchos casos no merece la pena ni acudir y se compra directamente los apuntes o los libros que, en ocasiones, ellos mismos publican y cobran. Quien quiera puede pasarse días sin acudir al centro. Hay quien imparte tres o cuatro horas por cuatrimestre y en vez de utilizar el tiempo restante en mejorar sus clases, estás se repiten dogmáticamente año tras año, imperecederas, rancias, amarillentas…eso si, publicaciones por doquier, cursos, conferencias…conocimiento “asqueante” y febril pero puntos contantes y sonantes para mejorar, estabilizar o pluriemplear su situación. De la calidad de la enseñanza y en este plan nada de nada.
Luego pedimos más dinero para una universidad de calidad, pero sería imprescindible lavarnos antes las manos, bajar a las cloacas, y en vez de meter el polvo bajo la alfombra, abrir las ventanas y que entre aire, aire de renovación constante, de calidad educativa, de mejora, de cuestionamiento constante del conocimiento, de control de calidad, de implicación profesional porque de lo contrario, nuestros hijos recibirán la misma educación que nosotros y no mejor, porque de lo contrario a través de internet y la autoformación sobrarán todos estos puestos de trabajo que tanto dinero ya de por si cuesta mantener y, también, porque con esta “guisa”,no hay dios que se anime a sacar tiempo imposible de su vida para seguir formándose como ciudadano, sin más interés que ese.


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Una idea sobre “Miserias universitarias

  • Alberto

    Totalmente de acuerdo. El mayor problema de la universidad es la endogamia: alumnos que nunca llegan al mercado laboral se convierten en profesores perpetuando tanto métodos como conocimientos ‘rancios’.