Archivo por meses: octubre 2009


El valor de un buen proyecto

¿A que parece obvio? La importancia del proyecto como primera de las fases necesarias para llevar a buen puerto la aventura de construir, no parece algo ni siquiera discutible, ya se trate de construir un hospital, un aeropuerto, un parque de bomberos, una granja de visones o, por supuesto, una vivienda. Pues la experiencia profesional pone de manifiesto una y otra vez que, al menos en esta sociedad, no sólo no se le otorga la importancia que debiera sino que en muchas ocasiones, se le reduce a poco más que un mero trámite burocrático, uno más de los infinitos requisitos que la administración exige para poder construir una vivienda. Ni que decir mi opinión al respecto, craso error. Craso error en el inicio de la aventura y por lo tanto aventura avocada irremediablemente al fracaso. 

El problema de no valorar el proyecto como se merece se traduce en la actitud que se toma ante él, simplificando ¿cuál es el mejor proyecto?, el más barato. Si considero que forma parte del engorroso papeleo y no le reconozco otras virtudes intentaré pagar por él la menor cantidad posible. Razonamiento lógico. 

Ahora bien, esperar sentado a que entre por la puerta el cliente que sí valora el proyecto, y por tanto el trabajo de arquitecto, que por supuesto también los hay, no me parece que sea la actitud correcta. Al contrario, considero que es parte de nuestro trabajo hacerle ver al cliente su importancia, que si parece obvia, no debería resultar complicado hacerla visible. Por supuesto, entran aquí en juego multitud de factores, la capacidad de convicción y de comunicación por ambas partes, las ganas de escuchar al otro y muchas otras, pero habrá que intentarlo. 

Creo sinceramente que no hay mejor forma de conseguir que un cliente deje de pensar que el mejor proyecto es el más barato, que mostrarle todas las ventajas que tiene afrontar esa aventura de construir una vivienda, estudiando todas las variables que tienen que ver con su parcela, con sus necesidades, con el entorno, con su forma de vida, con la economía de construcción, con el estudio energético, esto es ni más ni menos lo que significa hacer un proyecto. Se trata de mostrarle como haciendo las cosas de esta manera no sólo se conseguirá un resultado claramente mejor, desde todos los puntos de vista (Integración, funcionalidad, volumen, estética…) sino que además un buen proyecto suele aspirar a la optimización de la construcción, lo que se traduce en una optimización de la economía. 

El valor de un proyectoPor esto considero que  dedicarle tiempo a la elaboración del proyecto supone una inversión que se materializa en un mejor resultado y esto requiere una maduración y dedicación que por supuesto no se consigue dándole el valor de trámite e intentando conseguirlo en el menor tiempo posible y al precio más barato que se pueda, al contrario, es esta actitud la que, por norma, acaba provocando incrementos de coste, por no haber previsto con antelación, todos los problemas constructivos de cuyo estudio se encarga un buen proyecto. 

Resumiendo, habrá que conseguir que se deje de considerar que el proyecto no es más que un montón de papeles, de todos es sabido que el papel lo aguanta todo, y se pase a ver como lo que realmente es, el instrumento necesario para el desarrollo de la construcción e imprescindible en la búsqueda del buen resultado final, desde todos los puntos de vista y enfoques que le queramos dar.


Política y sociedad

Terminal terrestre de Quito

Últimamente con tanto escándalo de corrupción, tengo la impresión de que cada vez que leo la prensa me encamino a descubrir los políticos corruptos que han pillado el día anterior. A mi parecer lo preocupante no es que existan políticos que se dediquen a aprovechar su posición para enriquecerse, lo realmente grave es que estos resultan ser el  reflejo de la sociedad actual y si procediésemos a sustituir la plana política nacional al completo, la situación no mejoraría en absoluto. Y es que la expresión “Si no lo hago yo, lo va a hacer otro” aunque suene a broma, es utilizada con más frecuencia de la que desearíamos.

Cuantas conversaciones del pasado criticando un sistema injusto, la desigualadad, los bajos salarios, la explotación laboral,… y con el paso del tiempo te das cuenta que los mismos que en su día criticaban y se irritaban por esas injusticias, la vida les ha ido modelando, y ahora actúan como los que hace años eran objeto de sus críticas.

No obstante siempre nos quedará el poco enriquecedor pensamiento de que en otros países están peor.


Integración de vivienda y piscina 2

En vivienda unifamiliar habitualmente se proyectan las piscinas desvinculadas de edificación principal, por lo general en un lugar soleado de la parcela. Esto resulta adecuado cuando contamos con una climatología que favorece el uso de la misma durante un prolongado periodo estival, sin embargo en una climatología más adversa como puede ser la atlántica, la piscina acaba utilizándose únicamente dos meses de verano y el resto del tiempo pasa a ser un elemento perturbador en el uso de la parcela.

Con el paso del tiempo, y ante la intención de prolongar el uso de la piscina, muchas acaban cubriéndose mediante un sistema de acristalamiento tipo “invernadero” habitualmente telescópico, que por lo general difiere bastante del estilo arquitectónico de la vivienda y no consigue integrarse con la misma. En nuestra opinión se trata de una solución desaconsejable, y en caso de desear cubrirla, lo ideal sería utilizar otro tipo de construcción que se integre con la vivienda generando un conjunto arquitectónico más armónico.

Si todavía no hemos proyectado la vivienda y tenemos la intención de incluir una piscina, lo propio sería vincular esta a la vivienda de tal forma que quede integrada con la misma, bien construyéndola en el interior o si pretendemos recortar el gasto inicial, previendo su futura construcción. De optar por la construcción posterior, el diseño y ubicación en la parcela de la vivienda deberá permitir la construcción de la piscina en dos fases diferenciadas, una primera en la que se construya la piscina y la segunda que permita su cubrición, integrándose el conjunto con el volumen inicial.Planta vivienda, construcción inicial, sin piscinaPlanta vivienda, construción final,con piscina

 

En esta vivienda se ha previsto la posibilidad de que en un futuro se pueda construir una piscina con acceso desde el interior, quedando esta integrada con la construcción inicial. La piscina se relaciona directamente con la parcela mediante grandes ventanales abatibles que permiten abrirla hacia el jardín en los meses de verano generando la superficie de solárium.

Esquema ampliación piscina


Termoarcilla, economía y sostenibilidad

En vivienda unifamiliar, habitualmente se proyectan espacios con dimensiones que permiten el empleo de muros portantes como elementos de sustentación, duplicar la estructura supone un incremento de coste que no siempre está justificado. Desde hace tiempo, cuando el diseño nos lo permite, utilizamos fábrica de termoarcilla como elemento portante, a la vez que solventamos la transmisión de las cargas estructurales, incrementamos el aislamiento de la vivienda.

Si bien la fábrica de termoarcilla resulta más cara que una tabiquería tradicional de ladrillo, el empleo de una fábrica de ladrillo semimacizo como elemento estructural  resulta más caro.

La termoarcilla es material cerámico obtenido de la mezcla de arcilla y componentes granulares que se gasifican durante la cocción, proporcionando una porosidad uniforme que mejora sus propiedades. Son muchas las ventajas que se le atribuyen a este material, entre ellas destacan:

Termoarcilla

  • Resistencia mecánica. La estructura de celdillas resultante de la gasificación de los elementos granulares, unida al machihembrado de los bloque de termoarcilla que elimina las juntas verticales confieren una resistencia muy superior a un tabique tradicional de ladrillo.
  • Buen comportamiento como aislamiento térmico y acústico gracias a la porosidad del bloque.
  • Elevada resistencia al fuego.
  • Buen comportamiento como barrera a la transmisión de humedad por capilaridad debido a la interrupción de los capilares por las celdillas. Teniendo en cuenta, lógicamente que la misión de impermeabilización estará encomendada al recubrimiento exterior.
  • Posibilidad de empleo como muro monocapa en espesores de 29 cm o superiores, aunque nosotros no recomendamos este uso.
  • Eliminación de condensaciones superficiales. Al tratarse de un material con unas propiedades aislantes superiores a un tabique tradicional, la temperatura superficial interior está más próxima a la de la estancia y la probabilidad de que se produzcan condensaciones se reduce considerablemente.
  • Mayor rapidez en el proceso de construcción. Las dimensiones de los bloques de termoarcilla y su sistema de colocación permiten incrementar el rendimiento de los operarios.

Teniendo en cuenta las cualidades térmicas y el proceso de fabricación de la termoarcilla, podemos indicar que su uso racional garantiza la disminución del consumo de recursos naturales, constituyendo un paso hacia la arquitectura sostenible.